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About us

“La idea era que fuera tan bullicioso e informal como los comedores de los mercados de El Salvador.”

San Alejo fue establecido en junio de 2016, desde su apertura en Maryland San Alejo fue pensado con tres pilares fundamentales basados en comida, empleados, y soporte a la comunidad.

 

La comida de San Alejo tiene un enfoque de recrear comida casera del campo salvadoreño. En el campo se cocina de una forma tradicional con recetas ancestrales que han venido de generación en generación. San Alejo usa condimentos, especias, legumbres, guisos únicos para elaborar comida casera de alta calidad. Además, San Alejo adquiere muchos de los productos únicos que se encuentran en El Salvador, como la semilla de morro, loroco, marañón, frijoles de seda y lácteos. Todo este conjunto de ingredientes hace que la comida de San Alejo sea de la mejor calidad para sus clientes.

 

El 95% de los  empleados de San Alejo son mujeres, esta fue y sigue siendo la visión de San Alejo de dar prioridad a mujeres y  madres solteras para que desarrollen sus habilidades en la cocina casera. Nos sentimos orgullosos de que la mayoría de empleados son cabezas de hogar y por ende son personas muy responsables, serias y con ética de trabajo para desenvolverse en su posición.

 

San Alejo desde su apertura se ha enfocado en trabajar de cerca con la comunidad. Para ilustrar esto, San Alejo ha financiado mediante donaciones a diferentes escuelas, iglesias, clínicas comunitarias y equipos deportivos. Además, San Alejo ha aportado donaciones de comida a diferentes instituciones que trabajan en pro de los más necesitados, por ejemplo clínicas comunitarias. También, San Alejo ha impartido clases de cocina libre de costo a organizaciones enfocadas en comida saludable para diabéticos.

 

San Alejo trajo el concepto de comida casera al estado de Maryland en el 2016. Desde su apertura hasta la actualidad su comida es muy reconocida en el DMV por gente de varias nacionalidades por su enfoque casero de alta calidad. San Alejo reconoce el aporte de su capital humano que son en su mayoría mujeres que día a día dan lo mejor de ellas para hacer platillos deliciosos. San Alejo agradece a su comunidad por la apertura de poder contribuir con voluntariado, con comida y monetariamente. Finalmente agradecemos a nuestra clientela por hacer bulla, preferirnos  y hacer de esa idea una realidad.

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